Cabe destacar que por experiencia propia, las gubias son un material peligroso si no se tiene cuidado, puesto que puedes llegar a hacerte pequeños cortes en las manos. Por otro lado, se pueden emplear diferentes colores para hacer el grabado y permite hacer tantas copias como se quieran. En cuanto al elemento de presión, el tórculo es el elemento perfecto pero en mi caso he tenido que utilizar algo más rudimentario pero que actúa de manera similar: un rodillo de cocina.
Sin duda, este ha sido el trabajo más costoso de todos los que he realizado. En primer lugar, he hecho una bailarina sobre una plancha de linóleo. El problema surgió a la hora de pasarlo por el tórculo ya que la tinta no se quedaba plasmada en la lámina. Tras varios intentos, el resultado no mejoró, llegando incluso a repasar con las gubias todo el dibujo para conseguir una mayor profundidad en los surcos.
Finalmente, no me di por vencida y decidí hacer otro dibujo sobre otra plancha, ya que la anterior también se había roto. Parece que con este si he obtenido un resultado mejor. En la imagen inferior se puede ver una mariposa rodeada de unas flores.
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